Comienza a llover
y me quiero mojar
sin tener a nadie
que seque mi piel.
El aguacero cae,
con olor a ozono,
y en ruidoso torrente
me quiere mojar.
Y yo quiero mojar mi cara
con aguas sin sal,
aguas blancas llovidas,
amigas del cielo,
cascadas de paz.
Y los árboles sueñan su gloria
y con el campo se dejan bañar
entre charcos que vibran,
al ritmo de gotas
que mojan mi cara
con aguas sin sal.
Sin que nadie me seque
ni conmigo se quiera mojar.
De mi libro “De cumbres y de abismos”. 2007 ISBN 978-987-9415-23-8