Extraño a Celeste y toda su ciencia, extraño la bondad, inutilidad de dos manos que rezan en pequeña blasfemia.
Extraño el amor no correspondido y la calma con que la risa se afronta a la desdicha.
Extraño que sea tan pequeña y que me diga, \"¿tienes dinero qué gastar?\" y que yo le diga: \"tengo dinero que desperdiciar\".
Extraño que no se ría de lo tonto que soy, que me aparte una silla a donde quiera que voy.
Extraño a Celeste y toda su ciencia, extraño su cálido amor en frente de nadie y en medio de nadie.
Extraño que me extrañe poder reirme y no poder llorar cada vez que siento el extraño palpitar de Dios en nuestros silencios.
Extraño a Celeste y toda su ciencia, extraño a Celeste y toda su ciencia.
Y hoy no puedo parar de llorar.