Querida amiga de mirada infantil
ten fuerzas para seguir,
no tires la toalla y lucha,
enséñale al mundo
todo lo que vales.
Amiga, posees un gran tesoro,
tus arrugas son sabiduría,
tu corazón, niña y vieja a la vez.
Cuando merendamos
en un café de esos que te gustan tanto,
refinados, que invitan a pasar la tarde
hablando sin parar,
te conviertes en mi mejor medicina.
Eres una amiga tan especial
que es fácil reírse comiendo calamares
sin ahogarnos, sucando pan
en all i oli hasta reventar.
Te quiero tanto cariño
que se me rompe el alma
si me dejas; si te fueras
mi vida perdería colorido,
mi amanecer sería oscuro y triste.
Si alguna vez te me vas
para el cielo, ilumíname
con tu magia desde allí arriba,
que yo te responderé
deseándote las buenas noches.
Mi querida amiga y abuela sabia,
te dejo descansar que con tanto hablar
y engordar con chocolate blanco
se me seca la la boca,
así que, dulces sueños
y no cambies nunca guapa.
Te quiero con locura.