La relación más enferma que tengo,
es con la vida misma.
No importa cuánto o cómo
insulte a esa perra-puta-bastarda,
ella me ama, desea y mantiene.
No importa cuan mal me trate,
de su seno, no puedo escapar.
Incluso si lo intento,
su esfuerzo porque siga con ella,
me seguirá hasta el penúltimo suspiro.
Muerte, te amo.