Hoy mi pluma de luz desea henchirse
intentando mi numen sea diestro;
y dedique mis versos al maestro
cuya lumbre jamás ha de extinguirse.
Su preclaro intelecto ha de medirse
con los dones gloriosos del gran estro;
que será de por vida orgullo nuestro
con el cual mi terruño ha de lucirse.
Con el alma flotando en poesía
cuyas alas remontan la pradera;
nace el canto que rinde pleitesía
a tarea tan noble que ejerciera;
con encaje de magna epifanía
¡el legado de Alberto F Rivera!
Autor: Aníbal Rodríguez.