Solo se hace un espacio a lo importante,
que devenga en mi vida algo ajeno es poco coherente;
le doy cohesión,
le doy gambeta a esa superstición,
le doy fuego y viaje, paz y vida.
Hay quienes solo deliran en la vía,
perezosos para encontrarse en la estación de salida;
es que somos campeones de nosotros mismos,
nos vencemos, triunfamos, avanzamos, revolucionamos,
matamos poco a poco el ego mismo.
Hay quienes están,
testigos aparentes como videntes de nuestra tele,
aunque el cable no está pago ni ejercitamos ese pábulo,
mi único laberinto es el rio y sus pensares,
no un circo de extensas colas al vacío.
Si deliro, si me desvío,
es con lo mío, es con mis líos,
es con mis problemas.
No con los problemas de la gente,
no componen un obstáculo en mi pasillo.
Se la da fin sin principio, sigo mi perfil
calmo, distendido a mis suplicios.