Cuando concilio el sueño,
entre sombras apareces
sonriente y bella
como te conocí, allá,
en mi adolescencia
y te amé con ese amor
puro con el que se ama
al dejar de ser un niño.
Entonces descubrí,
que había niñas que no eran,
las que conmigo jugaban
chicas a las que miraba con otros ojos
y me llamaban la atención.
Estaba en la pubertad,
ese estadio que despierta
deseos, antes no sentidos,
y nos cambia la vida tranquila
de la niñez, por una cada vez
más complicada y sufrida.
Conocí la inquietud
desatada por los celos
que no sabía lo que eran
pero me martirizaban
cuando tardabas en llegar.
También conocí el dolor, el sufrimiento,
y lo que es mas importante
el ser feliz con mi familia y mis amigos
Hoy mis noches traen recuerdos
de situaciones más dulces, que amargas
vividas en mis casi noventa años,
que fueron las que me ayudaron
a ser el hombre, que hoy anciano,
me siento orgulloso, de haber sido.