Llueve afuera…
gimotea la ventana de dolor.
Lluvia intensa que salpica de nostalgia,
que rodea de amargura,
va apagando los rincones indolentes…
con su absurda intransigencia,
apurada va inundando de tristeza,
va irrumpiendo como llanto incontenible,
derramando su cascada desbordante,
ahogando con su atroz impertinencia…
en abundancia su inclemencia.
Has burlado mi impericia.
Tu intemperie ha sido cruel.
Los latidos se hacen lerdos…
agobiaron mi menguado corazón,
y mis ojos empapados de aflicción…
se han dejado acorralar… de ese aroma a humedad.
El reflejo de tu sombra desafiante…
encharcada en la memoria…
alcanzó a seducirme…con su osada falsedad,
me enredé en tu artimaña…
me embaucó tu juramento…
y tus promesas de volver.
Tu arco iris deslustrado… bicolor,
abanico blanco y negro,
intentaba confundirme
con su tono mentiroso…
y otra vez caí en tus redes,
me engañaste sin piedad.
Me ligaste a tu holocausto…
excedido de ansiedad.
Traicionaste mi cariño…
te marchaste…sin ninguna explicación,
y vi tu lluvia disgustada…convertirse en tempestad.
Nos mojó por todos lados…
y espantó con su apatía,
cubrió el cielo de abandono…
saturado de total desolación.
Mis palabras naufragaron…
en el caudal de tu tormenta,
y mi voz agonizante…
decidió guardar silencio…
sobre el limbo de tu ausencia.
Decidí no amarte más…
te borré de mis sentidos,
y enterré tu amor extraño …
diluyendo de mis días…tu espejismo de apariencias…de una vez.