Dame un abrazo,
quiero sentirte cerca,
te necesito.
Se acaba el día,
el sol ya se despide
tras las montañas.
Y aquí quedamos
mirando al infinito
por donde marcha.
Siento un vacío,
un algo que me falta
y estoy muy triste.
Por eso ansío
tu abrazo irreverente,
mi mariposa.
Y es que con él
me llega la ternura
que tú atesoras.
Quiero que cierren
tus alas mis pupilas
con sus caricias.
Y volverá,
seguro, la sonrisa
hasta mis labios.
Esa sonrisa
con ese de mayúsculas
que tú me diste.
No pido más,
un sueño y unos versos
en esta tarde.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/01/23