Soy esa previsión triste que no puede ignorar
que no me miras como quiero que me mires,
que la sangre no te inunda el corazón al abrazarme,
ni la sonrisa se te abre inevitable después del beso.
Que no deseas mi presencia tanto como yo la tuya,
que no me cuentas para tus planes con amigos,
que no te alegras, que no me hablas, que no me buscas,
que hace ya tiempo que te doy lo mismo.