Me sucumbe la rabia,
Ya me importa un carajo la bondad
No he ganado nada con ella.
Talvez lo odio a él y su bello rostro que me recuerda cada día que me ha abandonado.
Talvez detesto a mi primer amor que me enseñó que el amor en realidad no existe un carajo.
Talvez odio a los que perpetraron la injusticia en mi vida, y sus malas decisiones retumban en mi posible felicidad.
Detesto esta ciudad y su lúgubre cinismo;
Donde lo angelical finge existir en las iglesias, pero en realidad allí vive el egoísmo,
Odio que victimicen sus actitudes para que mi defensa simule traición.
Odio como el paraíso surge frente a mis ojos y esos estúpidos ángeles comen frutos rojos frente a mi estómago vacío.
Ríen como si estuviera bien, como si no pudieran hacer nada para ayudarme.
Pero los odio más por reírse,
Quiero que se detengan,
Quiero que todos los que alguna vez en vida me lastimaron sean los que observan.
Quiero venganza contra todo aquel que me hace sentir lo que siento.
Quiero volver a este falso paraíso, el mismísimo infierno.