Inspirado en lejanos horizontes,
en mi dicha y en mi pena,
hoy he encontrado un poema,
que colma todas mis rimas,
que deslumbra mis sonetos
pues siempre tendrá armonía
en toda mi poesía.
¡Amelia es mi poema! mi dicha, mi alegría,
mi pena mi tristeza, mi soledad, mi llanto
y mi alborozo encanto.
Es la pena que vibra en mis entrañas
es la alegría que inunda los sentidos
es el amor transfigurado en besos
es mi locura inmensa lo desconocido, lo mío,
lo misterioso, lo genial.
Es un poema que se vuelve rezo
se siente tan profundo, tan lejos
y tan frágil.
Un poema jamás imaginado
un poema de luz y de ternura
un poema que se rebosa en llanto
que sale del corazón como si se tratase
de una humana oración.
Es un poema que inunda las estrellas
los paisajes, los ríos y los atardeceres
es una lluvia inmensa de todos los luceros
es caminar a solas buscando una alegría
Es la paz, es amor, es dicha o es pecado
es guiar una canoa por un inmenso lago
es gritar como loco a las estrellas
es pensar en pensar y no pensar.
o volar en un sueño y despertar.
Es encontrarnos a nosotros mismos
mirarnos y decir que nos amamos
como si viéramos: correr un niño,
comer a un mendigo, o reír a un anciano.
Perdido en el silencio de mis penas
y en los umbrales de mis alegrías
Sea para Amelia, mi mejor poema.