Porqué la guerra dime.
Es allá por las montañas...
donde lucen caballeros
sus largas capas doradas,
sombreros de poca monta...
alfileres como espadas,
van montados en sus jacas
contemplado los lugares
de campiñas plateadas.
Esos picos tan nevados...
los glaciares acompañan
al cortejo de matones
dando trabajo a sus armas...
van degollando la vida
de la inocencia y la calma,
tan solo por unas tierras
que no sirven para nada.
Maldita sea la guerra...
como benditas las zanjas
donde entierran a los muertos
de la cruel y vil batalla,
parece husmear el campo
olores de carne humana...
han dejando entre las hierbas
las vida de tantas almas.
Baje castigo perverso
para tanto desaliño...
que por la muerte de un niño
expíen tanto dolor
como provocó el diluvio
con aquella inundación...
que no se perdone nunca
si es verdad que existe Dios.