Esa luz que parpadea desnuda, asoma por mi ventana, todo tan tenue, y de lejos una mirada que observa hasta el fondo de mi ser, es un final, una página, noto un hormigueo en mis piernas y mi cuerpo descansado, como pidiendo a gritos que siga caminando, yo, como si fuera el séptimo día reviviendo, levanto hasta mi último hueso, me mofo del dolor y aprendo de la evolución.
Ya no veo siempre el mismo árbol y tú, llorando, suplicando que no te deje solo, te estremeces al escuchar su voz, \"¿Con quién has estado hablando?\" Y saldré volando huyendo del odio, lejos de cualquier mar u oceano, lejos de sangre y de barro.