Aprendí a esquivarme del dolor,
a ocultar esta angustia… sin llorar,
a esconderme en el silencio...
y callarme estas ganas de gritar…
estas ganas de morir.
Aprendí a huir de ti,
a escapar de tus embrujos,
a confinarme en mí abandono,
y no dejarme cautivar el corazón…de tu ilusión.
Aprendí a impedir… que me seduzca tu pasión.
Aprendí a hacerle caso a mi razón.
Me propuse resistirme a tus hechizos de mujer…
y no volverme a someter… a los encantos de tu ser.
Aprendí a aguantarme los impulsos…
que apresuran mis sentidos.
Aprendí a no buscarte en la distancia…
a no mirar al infinito…intentando encadenarte a lo inmortal.
Aprendí a no pensarte con atroz obstinación…
ni a darle alas…a esta impulsiva obsesión.
Aprendí a no soñarte nunca más…
a apartarte de mis noches…
y no dejarme seducir…de tu traicionera desnudez.
Aprendí a escabullirme del insomnio…
y a encerrarme en la impotencia de mí absurda sensatez.
Me exilié a este mundo de poemas…
y prometí no volver a fantasear con tu querer.
Me alejé de tu ficción… sin volver la vista atrás.
Me prohibí pensar en ti…
y juré…dejar de lado la amargura que causo tu desamor.
Aprendí a contenerme los suspiros...
a apagarme los latidos.
Aprendí a no hacer notar mi sufrimiento…
y a engañar al corazón.
Y aprendí sin sentir…a decir que te olvidé.
Aprendí a mentir que te olvidé.