A qué me veo obligado
Si el mundo cambiara sus colores
Si un día pudiera ya no ser esclavo de mis sentimientos
Tal vez sea justo convertirnos en verdugos
Como también aprender a nadar en los ríos
En la claridad de tu mirada
Estar o vivir sofocado solo explica potencia
Solo explica querer estar a tu lado
Por siempre a tu lado
Todos los himnos cantan sus insignias
Aquí somos capaces de perder el control
De extraviar el orden de las cosas
Jamás jugaríamos a ser dioses
Pero sí por su promesa de luz
A recrear tu mirar en alguien nuevo
Creo en el silbido del viento
En el reconocimiento del aplauso
En la textura de los jardines
En la sed de libertad
Ya no hace falta escapar
Tan solo ir en busca (siempre en búsqueda)
Días dulces en la oscuridad
Hacemos un llamado que nos presente el fruto
Para poder morderlo de norte a sur
Para poder sonrojarlo de oriente a occidente
Cuánto esfuerzo se necesita para ser eso que llaman felicidad
Cuánto castigo del esclavo y del verdugo
Lo más valioso puede ser lo más dañino
Existen leyendas y oráculos
Una mirada benevolente
Un regalo hecho de los cristales de una promesa
Iríamos señalando los mismos semáforos
Nuestras sombras se hacen una
Y en los márgenes la oscuridad celebra
Poder unir a quienes buscan y dejan ser encontrados
A quienes no predican más por el silencio
Resistencia en la atmósfera del nombre
Frescura cerca de los cielos
Fuego armoniozo y visceral
Verdades de este espacio interior y exterior
Puro puro reinvindicante amor