Me someto a tu paciencia
y juguemos a perdernos entre la niebla
lo que viene pisando fuerte,
nuestra alergia
a situaciones como esta de tremendas
sin un dios que nos comprenda
a ninguno
en la fría apuesta
que exigimos por turno
ante el transporte nocturno
de las horas aún
supuesta la renuncia
a todo si no en la espuma
invulnerables bogamos
con la brisa tan en la espalda
y un algo de intuición
salvaguardando la fábula,
eso que yo soy
por más que intenten negarlo,
con dosis de insomnio,
mala cosa.
Y eso que me aborda
cuando estoy tan solo,
el hierro de los días
que permanecen en la sangre
simultáneos a este caos emocional
que la primavera vuelve rancia
y la vida un espectáculo,
una farsa;
así mientras me ature
esta madre subterránea
sin sufrir más los daños
a la espera pues de tanto
que mi mente se contagia
del ambiente de esos antros
cuando grito al cielo mi esperanza,
la de todos los que estamos
todavía en este valle sin la calma
para lograrlo en un pestañeo
obnubilados...
En la nube pues vaguemos
consumando los placeres
frente a un vacío que se encharca
y cría gérmenes,
palabra.