ESTHER... NOMBRE DE MUJER
Cuando ya no quede nada, / Ni huella ni huesos ni polvo,
Cuando el papel esté amarillo, / y se borre hasta la tinta,
Quedará un poema y un nombre de mujer / ESTHER…
ESTHER…
I
Ayer, cinco de febrero
A las cinco de la tarde
Tuve un sueño irreal.
Te vi, y al mirarte
Vi una mujer bella,
Elegante y sencilla.
Te vi, y al mirarte
Vi que tu sonrisa
No era de este mundo.
Vi que tú venías, vienes,
De la noche sin historia,
Del espacio sin límites.
Te vi y vi el mar,
Vi en tu mirada
El amor y la vida.
Te vi y me incliné
Ante tu presencia,
Morena de luna.
Ayer protegí tu piel
Del sol y la lluvia.
Y me vi en tus ojos.
Al subir la escalera
Infinita de tus brazos
Y alcanzar el cielo.
II
Ayer, compartí contigo
El pan con aceite de oliva
Y sal marina en el vientre
De la ballena voladora.
Ayer, pasaste por mi lado
Esbelta como la gacela,
Silenciosa como la sombra
De una pantera negra.
Ayer, desperté y soñé
Al sentir en mis ojos
El soplo de tu aliento,
El beso del rocío.
Ayer, te perdí en París,
En el aeropuerto de Orly.
Te busqué en Saint Michel,
Pont Neuf y rue de Rivoli.
Y te esperé hasta el alba
Con la secreta esperanza
De que volverías a pasar
Por donde te esperaba.
Te esperé y esperé,
Como espera el roble
Que sobrevive al rayo
Y resiste al huracán.
Te esperé y esperé
Despierto y soñando,
Vencido por el sueño
Volví a soñar.
III
Soñé, y vi la luz
Al huir tú del poder.
Soñé, y todo era luz
Al dejar tú la sombra.
Y la luz era vida,
Era fuego y fuente
De savia que nace
Y brota de la tierra.
Sube por las arterias
Femorales de mi cuerpo,
Recorre mi vientre
Y alimenta mi tronco.
Llena y ensancha
Las venas de mis brazos
Hasta hacer estallar
Las yemas de mis dedos.
Y una lluvia de rosas
Cae del cielo,
Bordando de estrellas
Tu blusa y tu falda.
París, 6 de febrero de 1995