Las piedras blancas
ante el silencio, el sol
y la oración
brillan en rayos
de paz espiritual
el cielo azul
en un manto de rezos
en un azul ante los ojos
en un alma de cristal
a lo lejos de los campos
el corazón
y la luz iluminan
las flores, rosas
de paz los huertos
ante los árboles
y los frutos de limones
es una ciudadela en las alturas
entre palomas
entre luz las reliquias
ante la pureza de las Montañas
de las mañanas
de las eternas campanas
los candados del abismo
están sellados en los volcanes apagados
lloran las almas
y los ríos las lágrimas
de humanidad
gris contemplan ahora las visitas
y desde los techos rojos los cóndores
el monasterio de paz inmortal.