Era el porvenir pero aún no llegabas. Y el porvenir era el sueño soñado por dos rosas negras pintadas. Pintadas sobre el tallo de tu cadera hecha lienzo en morena trama. Y las rosas eran tinta oscura con pétalos de nostalgia y seis espinas. Y las espinas eran el filo de seis dagas. ¡Y las dagas que clavaban, clavaban! Ensartaban ruiseñores y cortaban alas. Y las alas eran viento, que volaban al igual que las palabras. Y las palabras eran versos, en un poema del porvenir, donde aún no llegabas.
Claudio M. López ®️
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