Me encontraste en el camino
prisionero en mi interior;
nubes rojas en el cielo,
hojas secas, sin color
flores muertas por el suelo,
flores muertas de mi amor.
Me enseñaste que la vida
no se acaba al fracasar;
sol naciente en la colina,
dulces noches junto al mar,
suave aurora que en mi vida
comenzaba a clarear,
me brindaste tu belleza
tu sonrisa y tu amistad
bebimos del mismo vino,
compartimos lecho y pan
jugamos a ser felices,
reímos hasta llorar
pero tu senda y mi senda
se hubieron de separar
tu meta era una quimera
que no quería alcanzar,
querías volar muy alto…
yo solo quería andar.
Y seguiste tu camino
sin volver la vista atrás
gris otoño, gris recuerdo
gris destino, gris mirar
frías tardes de un invierno
de espantosa soledad
tiritando en la mañana,
sin un leño en el hogar
soñando encontrarte un día
y no dejarte escapar.