Rafael Elias Huerta

Un día que no termina

Un día que no termina

asido del ocaso imperturbable, un libro sin leer,

muchas fotos que no permiten

dar vuelta a la página de recuerdos.

La soledad se filtra

entre las grietas de mi alma y el pasado,

el presente escribe, la nostalgia se conduele

abrazando a la madrugada silenciosa.

Un dilema son las letras

en la hoja de un cuaderno con insomnio,

el candil, la ilusión, mil estrellas y el ayer

son el pormenor de un relato

que descorre entre cursivas insinuadas

como la vida se sobrepone al desconsuelo.

Me levanto por una taza de café

que disfruto sorbo a sorbo,

mis manos, mi pluma y mi razón tiemblan,

quizá por el frio que se cuela en la ventana

o tal vez por el hastío que cala con su desencanto.

No sirve de nada desear

en esta secuencia inolvidable de recuerdos

ser uno más en el acomodo del tiempo.

Cuando se presente venturosa la verdad

ella jamás permitirá

que me abrace la inclemencia del olvido.

 

Un día que no termina

y el libro en la mesa sin leer, es mi vida.

 

 

 

Autor…reh