Tus manos inquietas,
tomaron la mía,
quitando su vivaz,
movimiento,
para capturarlo.
Tu mirada,
brillante,
exclamaba,
insensatez.
Tus labios,
repetian,
el pasado.
Tu gusto por mí,
duró una noche,
un instante.
Tus mensajes,
se fueron apagando,
como tu interés.
Con tu actitud,
lo negabas,
la intensidad,
que existió,
se quedo en,
arrogancia.
Falta de valor,
imperdible mirada,
que nunca tuvo,
compasión de la mía.
Destellos,
de desilusión,
fugaces como tú,
simples palabras,
como tu presencia.
Tu persona,
desbalanceada,
deslumbrante,
pero solo,
eran ráfagas.
El alguien,
que pudiera,
darte eso,
se quedó,
en nada.