Valientes luchadores por la vida
trazaron un camino hacia los sueños
con libres pensamientos y sin miedos
cargados de esperanzas compartidas.
Valientes forjadores que concilian
el verbo con la acción y con esmero
lucharon con ahínco y con denuedo
en medio de arrabales y de espinas.
Fronteras no existieron en su lucha
pues siempre se entregaron convencidos
por sueños que aunque no llegaron nunca,
son sueños que perduran y están vivos;
los cambios que merecen una ruta…
¡Qué vivan y no queden al olvido!