Dejo a mi inconsciente hablar y suelto su mordaza
para que explique la existencia de verdades
que limitan la realidad de otros mundos:
Son reflejos de la circunstancias se van construyendo
de espacios pequeños y en la monotonía de algunos días
se van descifrando las libertades ocultas del tiempo.
Hay un oxígeno que no sirve para respirar
y el agua no alcanza para apagar esa sed infinita del saber…
Muchos seres le dan migas a las palomas
en la antesala de su redención, con un pie en el pasado,
pero caminando hacia la hoguera que atiza el tiempo…
Un molinillo inconsciente va descascarando aquello que pudo ser,
pero que nunca fue, porque en los ultimátum del sentido común
que nos traza un destino, hay algo que nos hace huir espantados.
Es la porfiada realidad que nos hace caminar por la cuerda floja
sobre un abismo, que nos obliga cada día a ser o morir…