Te pronunciaste en el verbo
conmovida de lujuria, con
suavidad tomaste el venablo
y lo guardaste en tus labios
De hinojos mirando mis ojos
asida con fuerza de mis muslos
no permitiste escapara derramando
lágimas por tus mejillas
El fuego quemó tu garganta vertido
de mis entrañas y tus labios ceñían
al potro ya en reposo
#PoetaUrbano