Violación en la Piel
Es un gran dilema,
el lema que llevo en los brazos,
en el alma un silencio,
y entre los labios un pecado,
que corre a ser sangre,
porque la violación en la piel,
es como una herida cruel,
que se cree en ser cierto,
y sin palangre van mis arengas,
un exordio sin mentiras,
lavando en sangre mis tentaciones,
y queriendo gritar,
que la violación en piel,
es como abrir en sangre una pena,
y en condena un hambre,
que pide el cuerpo en redención,
y es la violación en piel,
unos labios que gritan adiós,
cuando ya es una violación en piel,
y es el tatuaje que llevo yo en el alma y que es…
“La sangre no se olvida…”.
Sangre
Sangre entre los labios rojos de carmín,
y sin festín de delirios,
y tan fríos como los silencios,
la sangre se gana en desgana,
cuando se pierde un duelo en batalla,
y es menstruar que en cada labio existe,
un dolor, una pena, y una condena,
y que no fue existencia como envenena,
el desafío frío de sentir lo que atormenta,
cuando no se lamenta,
el frío ni el álgido momento,
en crear a la humana existencia,
cuando en realidad que hay sangre,
sangre entre los labios,
y sin dejar huella,
la maternidad se fue del vientre,
y ha llegado la sangre a ser dueña,
y entre los labios rojos de carmín más sangre,
sangre de la buena,
y tener que lavar más sangre,
pero, sin ser maternal…
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez
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