Cuando despedirme sea
el último eslabón de mi cadena,
me he de llevar pretensioso
lo que me cabe en un puño,
son versos que me he acuñado,
escritos como rasguños.
Me iré desnudo,
así llegué,
me iré vacío de sueños…
si algo he aprendido
no lo sabré…
sólo que no tuve dueños.
Me iré con tantos viajeros
que recorrieron los tiempos,
seguiré pasos ajenos
para seguir aprendiendo
de tantos poetas muertos.
Si algún día he de volver,
quizás sea en lluvias,
quizás en vientos …
o en el trino de un gorrión
o en tormentas del desierto.
Sin mochilas que cargar,
cualquier sitio me da igual…
como si vuelvo a nacer
en una flor del ceibal.
Seré libre de sentir
en mis adentros…
sin tener que responder
de mis infiernos
Les dejaré en un cajón
lo que yo he sido
y todo lo que nunca fui capaz…
ni he conseguido.
Mi camino no acaba
no es el final…
emigro una vez más,
quién sabe adonde
…
sólo espero encontrar
la paz soñada,
donde el odio y la desidia,
sean condenadas…
Liberarce
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