no se muere el deseo cotidiano y se exprime el jugo del
dolor yo te espero como horas en tu cuarto mi minuto
se desnuda ante vos deje el fuego del ayer dejo huellas
de placer amandote hasta el final una muerte
enfermara el destino en soledad pero antes con vos te
amare hasta volverme loco y dejar de entender el
adios te amare corriendo entre nosotros te aplaudire
hasta encontra la luz del final