Nadie mira claramente
con los ojos lagrimosos,
si además son dolorosos
los momentos, de repente.
Cuando el clima es inclemente
y la lluvia nunca cesa
siempre queda el alma presa
y atorada en una angustia.
¿Qué valdrá la vida mustia,
si el dolor nunca procesa?
El dolor que se acumula
y que nunca se libera
va creando una barrera
y la vida se encapsula,
donde la tristeza ondula
como mares con sus olas.
¿Y por qué la vida inmolas,
en las llamas del quebranto
derramando tanto llanto
y el dolor nunca controlas?
¡Libérate de las llamas
y el dolor que da congojas!
¿Qué no ves cómo las hojas
se desprenden de las ramas
y adornando van las gramas
cuando vuelan con el viento?
¡Dale muerte al sufrimiento,
cuida más siempre la vida
que si sangra más la herida
fluye más el sangramiento!
Piensa en esto que te digo
con mis versos más sinceros
porque en medio de aguaceros
va creciendo más el trigo.
Si permites, yo prosigo,
reforzando más la estima.
El dolor que a ti te oprima,
no será tan perdurable
«cuando el alma como un sable,
corte lo que le lastima»