Sola en casa estoy,
el dulce tictac del reloj
atentamente escuchando.
Sola sentada estoy,
en el día de hoy
enfrente de aquel piano
que viejos recuerdos me trae
y eternamente, me traerá.
Una brillante sonrisa
en su rostro se dibuja.
¿Acaso no sabes
el dolor
que me causaste?
¿Acaso no sabes
la felicidad
que me robaste?
Brillantes mis ojos están
por aquel piano
de color marrón,
por aquella caja
con pedales y teclas;
que recuerdos trae
a mi ansiosa mente.
Sola llorando estoy
pues tristes recuerdos tengo
que, con mi vida,
no me permiten seguir.
Aférrandome al pasado sigo,
pues aquellos tristes recuerdos
vuelven a mi mente,
y sin control se reproducen,
no pudiendo presionar
el botón de pausa.
Parezco tonta al pensar
que buenos recuerdos
me traería aquel piano,
parezco tonta al pensar
que mis pensamientos
controlar yo podía.
Y así es como
en mis ojos,
las lágrimas
aparecen;
y así es como
mi ansiedad crecía
día a día.
Y así es como
el insomnio aparece
y el sueño no concilio,
Y así es como
el llanto comienza,
pero no acaba…
Pero toca ser fuertes,
las lágrimas quitarse
y una sonrisa, en
el rostro dibujar.
Y así es como
feliz uno puede ser,
aun por dentro
sintiéndose tristeza
y la alegría, por fuera.
Y no, señores, no
esto no es falsedad,
esto se llama no
querer preocupar
a los demás.