Un instante fugaz me paraliza;
una lid, un segundo;
un instante fecundo
con un guiño estelar no finaliza.
Su destello que impacta profetiza
placentera su suerte
al despertar y verte
la emoción está a punto de estallar,
el instante, al final, sí va a llegar,
y lo sé… será un fuerte.
Así será, un camino
-que no sea un desplante de lo amargo,
cuya sonrisa sea tu descargo-
del despliegue devino.
La verdad del destino
-hoyuelos e inocencia
y niñez y sabor a complacencia
el placer trepidante-
es la respuesta amante,
la frescura, la urgencia.
Un instante revivo
que los males desguaza; su bondad
es el dulce sabor de la verdad,
la paz con que convivo.
Corazón intuitivo,
y tempestad intensa del segundo,
tamborileo claro en lo profundo
resiste los embates
prepara los combates
fruto del vientre, musa de mi mundo...