Tan terco lo hondo
me he abierto al rincón.
Sin sombra quién soy
que me reconozca yo ahora
ya muerto el reloj
en tu cuerpo en reposo.
Se hace tarde
para que algo avance entre focos
soñando con tu tacto
envolverme: qué gozo.
Siento a la ausente
por mis venas
yo a bordo,
en mi sólido encierro
lejos de tierra tan solo...
Semilla de esto, la lluvia
me hizo verme, a qué precio
que ahora vuelve el mal sufrido antaño.
Tal vez ya pronto enferme
o me parta un relámpago
consumiendo toda mi sed
y este ansia salvaje
rendido a tus pies...
Sucia mi risa
camino todavía
por encima del crimen
residuo de días sin ti
que me alivies
ya mismo...
Asimilo este desastre
de vida que llevo
con un pensamiento a las vueltas
ante el que me siento indefenso
y el sol descubre mi cripta
en lo alto de un suspiro
que amenaza rendirse
a tus brazos purísimos.
Combatientes en la niebla
perecen, y soy quien tiembla
más de todos ustedes.
Así será aunque algunos no quieran.
Los días se suceden
iguales en apariencia
y llega con unos versos
para ver lo que es cierto
un aburrimiento perpetuo.
Para qué escribir nada
siglo entero ahí dándole
si no me sale como el llanto
y muero a cada intento
sin un verso muy fiel
siempre siguiendo lo poco que sé
de momentos como este
que se encharca en las venas
prisionero del éter
simétrico al vértigo inerte,
lento en su dimensión alterna
con un foco en sí mismo
y otro en la apariencia
Cualquiera un buen día agarra
y vuelca la mesa,
la razón suya de ser
quien de olvidar cada sentencia
del tiempo amargo
con este hueco que también comparto
y la senda que solo se presenta
cuando la magia a mis dedos se presta
Sin querer he ido muy lejos algunas veces
y ahora vuelvo para darte lo que bien te mereces
por las patadas a puertas
y calentones ya propios,
por no haber respuesta
ni brillo en tus ojos...
Tanto me puede
la duda y resisto
con la ayuda de mi pistola de rayos
y alguna mejora instantánea
instalada en mi tórax
tal vez me desplome mejor.
Cada vez que se abre mi cama
vuelco el corazón y bailo
sobre esta infancia improvisada
abstraído en soledad
con un algo que llama
aquí a olvidarse hablando
bajo un cielo subterráneo
la verdad del alma
al lado apaciguando huestes
Lo sabio sería perderse
afilado al frío estático
comúnmente confundido
con un paria ebrio de su honradez
que vierte el mundo
y la vida empuja
por caminos sin quien vaya
escupiendo a su aire
toda la industria
imantado hacia la jungla
indefenso moviéndose
Miento si digo mi discurso
en la oscuridad siempre
tentando esa tez
transparente del sueño
impaciente de veras
y al viento con esto
que pega tan fuerte
que siento la tierra
engullirme entre letras
que retratan el acto
sin más que un disfraz
y debajo la fábula
alumbra este caos