Soy el que se espera, palabras del presidente Agostinho Neto, en el sufrimiento en la lucha por la liberación, pero también las siento en el camino que he estado haciendo lejos de casa, de la familia y de los grandes amigos. El sufrimiento de la lucha en el ser humano nos hace fuertes, incluso sintiendo una constancia de ansiedad que, al igual que la liberación de un pueblo, terminará con todos nosotros reunidos en la mesa de la cena. El partido, ya sea por política o por obligación profesional, es siempre doloroso e, incluso en un contexto antagónico, el alejamiento de nuestra cultura, de nuestras voces y de los que más nos gustan, siempre será llamativo para los que se van, ¡pero también para los que esperan!