Me quedé suspendida en tu mirada,tú sonrisa; aquella que tanto anhelaba me brinda diariamente paz y sociego.
No soy yo cuando no te miro, me falta el aliento; hiperventilo.
Adicta a ti me he vuelto a tu ser que me embriaga, a tus ojos hipnotizantes que hacen que me pierda en ellos en un instante.
No puedo de ti estar abstemia.
¡Es un suplicio tu lejanía! de solo pensarlo las manos se me enfrían y mi corazón se congela.
Cada día añoro tu tacto, cada día me imagino tus manos en mis ropas- si, sé que son trilladas mis estrofas- pero no encuentro otra forma de decirte que adicta soy y tú eres mi vicio.