Me di libertad de ser errante para que nada me pudiese cautivar,
encontré vicio en sentir complacencia de mi ira en el momento que elegía sin compromiso con el tiempo ni la vida.
Porque recordé mi lloro en soledad, rememore cómo se desvanecía mi cuerpo y se detenía mi respiración.
Me di a la vida como me viniera, respondiendo sin consecuencia sin importancia.
Nada ya era valioso más que encontrar reposo para un amor que fue acribillado uno que sufrió en angustia,
nada mas importa que sobrevivir al desdén de la vida misma.