Extraviado, año tras año,
me encuentro a mi mismo,
exactamente en el mismo sitio,
lidiando con el mismo problema.
No importa en absoluto
cuántas veces viva lo mismo;
observe lo mismo, repita y
escriba lo mismo: no importa.
Ni siquiera en este poema
(me molesta decirle “poema”)
no hay nada de poético en esto,
así como tampoco lo hay
en todos mis trabajos previos.
Detesto hablar de esto,
sólo pierdo mi tiempo,
al igual que el de otros.
Ni siquiera recuerdo,
de qué comencé hablando,
ni cuál era mi intención
(si es que realmente tuve una):
quizás dejarlo sea mejor.
Lamento que leyeras esto,
tanto como yo mismo
lamento haberlo hecho.