Calaveras esas nubes con furor desierto
lo fatal ese misterio de pecado inquietante
dice mi nombre esas noches el muerto,
percibir el preludio de un beso nada santificante.
En la garganta un sabor largo como azufre camino
esa risa de penumbra; manos sucias de espanto
(creo oír reírse) cantas sapos luz sin destino
y tu cuerpo en general, llamando tu sordo canto.
Polvo y sombra eterna y silencio tan glacial
que tu carne es hielo de aire... una voz que era.
Misterio de Dios en Boda Negra nada informal,
es hora de la gallina cerrar los ojos dijera:
\"¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!\" (*)
(*): Bécquer
Enero 2.023
NACHO REY