Ernesto l.

Conduciendo

 

Conduciendo como siempre
sin pensar en un destino
con el rumbo de todos
y por el mismo camino
un camino ya asfaltado
nos induce a la carrera
más de prisa, más de prisa
para ganar como sea
la vida se nos acaba
viviendo en la carretera
y cuando esta termina
solo nos quedan las piedras
son tantas las recogidas
que el fin no es la carretera
no es así , realmente
es el final de la carrera
que dolor, que mala suerte
porque nos llega la hora
sin esperarla nos mata
y no sabemos ¿ por que ?
que lástima se apague
la llama sin anunciarlo
¿Quien decide cuando nos vamos?
y llega sin esperarlo
¿Que régimen nos ordena?
¿Para que el agua bendita?
¿Para que tanto cuidarnos?
si la vida nos la quita
no hay edad ni fortaleza
ser buena gente, tampoco
cuando el lazo nos aprieta
es decir, nos queda poco
se va estrechando el cerco
ya no queda otra salida
se pierde la esperanza
escapándose la vida.