Deambulo el sendero solitario,
entre mis penas y aflicciones,
entre alegrías y pretensiones
sin nada vano ni extraordinario.
Camino lento como en algodones
el cielo se confunde con la lejanía
me aturde tanto la tarde sombría
que se conturban mis emociones.
No sé cuando llegará el ocaso
el camino se torna infinito
seguiré confiando en mi instinto
para vencer mis penurias si acaso.