Contemplando la fuente,
bañados por la luna,
nuestras sienes se juntan
como si fueran una.
Mi brazo te rodea,
tu cintura estrecho,
las estrellas nos cubren
como plateado techo.
Me recitas poemas
como en un rezo,
mis labios te interrumpen
beso tras beso.
En el patio andaluz,
al son de la cascada,
nos rinde con su encanto
la magia de Granada.
JCIglesias