Yo quisiera borrarme de ser humano,
como se borran los últimos versos
de un poema malo. Quisiera borrarme
de tanta cantinela, provista de mil excusas,
para saciar su apetito de riquezas. Quisiera
endosarle un gol, por toda la escuadra, al sol
de la mañana; ese que, insomne, me hace
vomitar versos de madrugada. Y retirarme
a cultivar melones y sandías, y aguacates y duraznos.
De esos que hacen las delicias de niños y de niñas-.
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