La tarde goza su esplendor
tras la mañana cobijada;
marca un augurio silente
con su densa claridad.
El cielo luce su espesura;
baila entre sus nubes cargadas.
Manosea con su aroma
anunciando la humedad.
Se siente el calor indomable
que asusta en su vuelo a las aves.
El vuelo entra en mi sentido
para ponerme a pensar.
Respondo un jadeo al cansancio
y suspira mi pensamiento...
¡Algo en mi oído motiva
que no me escape corriendo!
Es excitante la belleza
que conforme a mis ojos llega.
Mis pasos escudriñantes
se tropiezan en las piedras.
Veo el horizonte cansado
que en líneas del mar descansa.
¡No creo hostil el paisaje
por sus rocas desgastadas!
Bruscamente cae la tarde,
se va aclarando tras el agua
y sus gotas minuciosas
deslizan por mi ventana.
Caminando bajo la lluvia
puede limpiarse la añoranza,
pero no quiere mojarme...
¡Cesa sus aguas y escampa!
Quiero evitar emocionarme,
pero huele a tierra mojada.
Ese olor, a mí te trae
y va desnudando mi alma.
Las gotas de lluvia resbalan;
suave corren desorientadas.
Limpian el dulce dolor...
¡El dulce dolor de mi alma!
Hoy la lluvia me huele a nostalgia;
cae en mis ojos, como lágrimas.
Pero no crean que lloro...
Tan solo... ¡Limpio mi cara!
Autora: EmitzaSR
De Cuba.