¡Tanta paz felina hay en tu dormitar!,
que muy poca cosa logra perturbar,
espero que la tengas eternamente
y que al Hombre tú le puedas enseñar;
hoy yo me embeleso en tu contemplación,
dormida con las manos sobre tu pecho,
con esas dos orejitas tan pequeñas
pero siempre a todo ruido tan atentas;
en tu caminar no es que vayas a tientas,
sigilosa y muy sutil siempre te adueñas,
del mundo entero que se volvió tu lecho,
vas y vienes provocando admiración;
tu inteligencia ya no me es de extrañar,
entiendes a las personas y su mente,
¡te confieso que me haces hasta dudar,
de que seas gata o quieras engañar!.
Lucila De Melo(MMGA)
Uruguay