Descúbrete en tu tersura indiscutible,
cálida frente a mí que te intuyo,
que te doy forma yo a mi gusto.
Deja caer tus ropas sobre el piso
y que el resto imaginen lo que sigue,
pues tú y yo juntos ya no habrá nada prohibido.
Ya puedo verte como sobre mí te abalanzas
en un ataque incontenible
deseando ya ser libre el fluído de mi vida
en pleno horario para niños.
Me has mentido y he robado
corazones para dártelos
abiertos en su flor.
Traes la nostalgia y el sudor
tú de insaciable por el mundo en torno
y eso por no hablar
del caso de tus labios
cuando se asoman a la gloria...
Cosas que nunca ha debido ver el sol.
Caen las hojas de este otoño
con gran pesar sobre nosotros.
Como un intento de suicidio
al final en nada se quedó
el néctar de aquel beso
refugiado en la memoria
junto al pálpito, al dolor,
fruto de tanto y ahora tan poco
que me basta por un rato
pero si quiero le hago otra.
Me raciono el sinsabor
por partes de lo tosco
que yo soy de situaciones siempre a bordo
hasta que algo me trastoca
y ya no me conozco detrás de esta boca
que escupe el código
delante de todos vuestros rostros atónitos
contemplando lo que llamáis caos.