Winni Romero

Blanca neblina

La neblina viene bajando de la montaña.

Desde lejos me escupe sereno.

Envuelve árboles, casas y flores,

devora personas y las devuelve frías.

 

Se acerca tan rápido como las babosas

que me ha dado tiempo de entrar a casa 

y sentarme en el tibio piso de tierra

para poder temblar durante su espesura.

 

Olvidé cerrar la puerta de madera,

puedo ver cómo entra la neblina;

tan delgada y delicada que cabe en las rendijas,

su belleza me embelesa y me entrego a ella.

 

 Me abraza y me consuela como nadie,

la soledad que sentía corre hacia la luz,

mis heridas están, pero no duelen,

y su humedad refresca el fuego de mi pecho.