Nunca rogué por un hombro
y quise muchas veces llorar,
los hombres no lloran, me dije
y pocas veces me pude aguantar…
Tampoco facilité los míos,
aun yo fuera la causa del llanto,
quizás no estaba preparado
para sufrir esos quebrantos…
Mis lágrimas rodaron a escondidas
donde nadie las pudiera ver,
por piedad no te quise a mi lado
y de esa forma no te podía tener…
Pero no solamente lloré por ella
también lo hice por mis hijos,
muchas veces lloré en silencio
pero nunca se los he dicho…
Parecen tan lejanos esos tiempos
como sí no hubieran ocurrido nunca,
pero las cicatrices de mi alma
tienen marcas muy profundas…
No reflexiones mi poesía...vívela