Corazón y mente aguerrida
fuente de lo divino, activan
los estímulos del sentir y el pensar.
El amor u odio lo percibe el corazón,
la mente rechaza o procesa palabras
que vienen del interior o exterior.
Por falsa convicción el corazón y la mente
ocupan un lugar abstracto,
deberían ser incluidos en los sentidos
y no solo en la percepción.