Atrapado en los brazos de Gea, con la mirada tierna de Afrodita, me embarco en un viaje hacia lejanas tierras, en busca de heroicas hazañas.
No me pidas más de lo que ya tengo, no quiero caer en la avaricia de Midas, entre lunas menguantes y pasos dados, la luz de Apolo alumbra mi camino.
El viento de Eolo me impulsa, en mi búsqueda de la verdad, y el rayo de Zeus me protege, en momentos de gran peligro.
Los mares son testigos de mi valentía, bajo la mirada de Poseidón, y el fuego de Hestia ilumina mi camino, en momentos de oscuridad.
La sabiduría de Atenea me acompaña, en mi camino hacia la gloria, y la fuerza de Ares me otorga valentía, en momentos de gran incertidumbre.
Atrapado en los brazos de Gea, con la mirada tierna de Afrodita, viajo lejanas tierras en busca de héroes, en un poema de dioses y mitos griegos
Sigo mi camino sin mirar atrás, como Ulises, en su odisea, crudo estos vastos mares con determinación como los Argonautas.
Mi corazón arde más que el fuego de Hefesto, con valentía cruzo cada obstáculo, como Hércules, en su camino hacia la gloria.
Doy lo mejor de mi, aunque la inspiración me falte, confiando en que mis musas me guiarán, como en tiempos de Zeto y Anfión.
A veces me siento como Perseo, enfrentando a las Medusa, otras como Teseo, luchando contra el Minotauro.
Pero sigo adelante, con la fuerza de Prometeo, y la astucia de Odiseo, en esta aventura sin fin.
Sigo mi camino, sin temor a la tragedia, como Orfeo y Euridice con cicatrices en mi corazón y memoria, en un poema épico de mitos y leyendas.