Existe un sonido
camuflado entre los huesos
de un ente cuyo sentido de vida
es la semejanza, al contacto de tus besos. Eso es vida...
Existe una llave
que abre la más ruda armadura.
Un candado que condena un alma amigable
atrapada, como una sombra en la noche oscura. Esa llave reside en tí...
Existe un motor
capaz de hacer mover
cualquier ser existente
a la velocidad de la luz,
allá en la multitud
de unos Mundos cuyos entes
están por ser algo más que una ficción.
La electricidad naciente
en el contacto de un abrazo
saliente de un sentimiento
superviviente en el regazo del olvido
de un ente cuya ternura
muere en la desazón.
¡Bendito el sonido de tus latidos!
Maldito ese hermoso rugido caído al olvido
que crea el amanecer
cual puesta de sol dispuesta a enardecer
nuestro camino.
Alma moribunda
herida en la inquietud
interior nacida por la soledad
de la luna que agoniza muda y sin luz,
inútil como el sol sin rayos,
invisible como una estrella en la mañana...
A sí son los días
de un alma vacía en su interior
que añora aquello que le da vida,
le da luz y calor,
esa gran ausencia
que hace incierta mi existencia,
tú mirada, aquella que ilumina este Mundo oscuro,
ese sonido, el sonido del latido de tú corazón,
que me da vida, cuando el Mundo parece ser mudo.